[OPINIÓN] Recuperamos las ayudas a la cultura

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A veces, hay preguntas tan sencillas y tan obvias, que las damos por contestadas sin darnos cuenta de su complejidad. Una de ellas sería: ¿Quién hace la cultura?  El Comú de Lleida considera que entre las responsabilidades que debe asumir el gobierno de la ciudad no se encuentra la de hacer la cultura. La cultura la han de crear los creadores, las entidades, las empresas del sector, los ciudadanos y ciudadanas. En un contexto democrático nunca la cultura debería realizarla el estado. Cuando es el estado quien hace la cultura, lo que acaba construyendo son pirámides, propaganda o revoluciones culturales.
El Ayuntamiento de Lleida tiene otras responsabilidades que debe asumir en primera persona. Es el gobierno de la ciudad quién ha de preservar el patrimonio y debe apoyar la formación de creadores y de público, pero en absoluto debe ser el responsable de crear. La única responsabilidad de la Paeria en lo referente a la creación cultural debe ser la de definir el mecanismo por el cual los recursos de los que dispone lleguen a aquellos que de verdad los han de emplear. Tan sólo hay dos posicionamientos que puedan justificar que esto no sea así: el de los iluminados, nostálgicos del despotismo ilustrado, que piensan que su criterio es el bueno y que tienen el derecho de imponerlo; o el de los políticos cínicos que quieren controlar la cultura para emplearla como instrumento de manipulación ideológica.
El reto de toda administración es el de hacer que estos mecanismos sean útiles, justos, claros, realistas y evaluables. Hasta el momento, y a la espera de que aparezca algo mejor, el método consensuado por las administraciones locales e internacionales es el de la convocatoria de líneas de ayudas abiertas y competitivas.
El procedimiento es claro: la administración sabe lo que quiere y cuánto está dispuesta a invertir y así lo comunica para que aquellos que se consideren capacitados presenten su propuesta sabiendo que ésta será evaluada, atendiendo a unos criterios conocidos por un jurado. Los postulantes a su tiempo saben que, en el caso de ser los beneficiarios de la ayuda, su tarea será debidamente auditada para velar por su cumplimiento. Toda convocatoria de ayuda debería incluir estos tres puntos: claridad en la propuesta, justicia y transparencia en la asignación y rigor en la valoración.
Las carencias en el modo de hacer de la Concejalía de Cultura de Lleida en este ámbito  durante los últimos años, han sido notables. La sensación global es que había de todo menos claridad, justicia, transparencia y rigor. Los que han mandado en el Palacio de los Sanahuja han ido debilitando el procedimiento hasta pervertirlo y desactivarlo. En el momento actual, de 1,07 millones de euros destinados a entidades, empresas y creadores tan sólo un 2,95% (31.600 €) se gestionan vía convocatoria abierta. Los números hablan y dejan clara cuál ha sido la manera de hacer del Ayuntamiento. Lo sorprendente del caso es que este comportamiento contradice incluso el Plan estratégico de Subvenciones que en 2008 aprobó este mismo gobierno y que continúa vigente. En este documento, en cuanto al ámbito de la cultura, se hablaba de convocar 6 líneas de ajuste de las cuales los últimos años sólo se ha convocado una. Sorprende ver el rigor con el que asumen lo que determina un Plan estratégico. Malo es el disponer de este precedente ahora que se inicia la elaboración del Plan Estratégico de Cultura.

Àngel Jové Jové, Metafísica III, 1976


Afortunadamente, en el último pleno municipal se aprobó por unanimidad una moción promovida por el Comú que obliga al Ayuntamiento a que en 2018 se vuelvan a convocar todas las líneas de ayudas previstas en el Plan, paralelamente y en el marco de la redacción del Plan estratégico de Cultura, se termine de definir una estrategia de futuro. La tarea del Comú ha demostrado al resto de formaciones que la situación actual era insostenible y que era necesario remediarlo. Francamente estamos muy agradecidos que hayan preferido escuchar las buenas razones y a la vez,  contentos por haberlo hecho posible.
En 2018 las compañías profesionales de artes escénicas de la ciudad de Lleida, las entidades teatrales sin ánimo de lucro, los creadores/as, colectivos o individuales, que desarrollen su trabajo en los campos de las artes plásticas y de la producción audiovisual y multimedia (dentro de las áreas vinculadas con el arte contemporáneo y en sus múltiples variantes) y los autores literarios de la ciudad o vinculados a la ciudad, o autores que hagan obra referida a la ciudad, volverán a tener la opción de acceder a los recursos del ayuntamiento que legítimamente les corresponden.
Pero con esto no es suficiente ni mucho menos. Las líneas de ayudas previstas son confusas, limitadas y excluyen sectores claves de la creación cultural como son la música, el audiovisual, la gestión del patrimonio, el multimedia, la cultura popular o la investigación. Éstas tampoco contemplan la importancia de ofrecer ayudas plurianuales para aquellos proyectos que lo requieren y están lejos de ofrecer claridad en los planteamientos, y rigor en los procesos de selección y de evaluación. El trabajo para mejorar la gestión pública de la cultura en Lleida no ha hecho más que empezar. Queda mucha todavía por hacer y el Comú de Lleida se compromete a seguir trabajando con responsabilidad y rigor. La aprobación de esta moción es un primer paso. Vendrán muchos otros. Ojalá en este camino, continuemos encontrando el apoyo de todas las fuerzas políticas para seguir trabajando por la ciudad conjuntamente.

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