Comú de Lleida, por un nuevo gobierno de nuestra ciudad

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publicado en los diarios locales

La plataforma impulsa un gran frente ciudadano

El domingo 26 de enero cerca de un centenar de personas se reunían en la sala Nausica del Ateneu popular de Ponent en la primera asamblea del Común de Lleida de 2014. Puede ser que buena parte de los lectores aún no conozca qué es el Comú de Lleida, pero será por poco tiempo. En la sala, ciudadanos a título individual, integrantes de colectivos, de movimientos sociales y de diversos partidos de la ciudad se reunían para intercambiar ideas en torno a un nuevo proyecto: la unión de personas y fuerzas vivas de la ciudad con el objetivo de crear una gran candidatura ciudadana capaz de gobernar Lleida después de las elecciones de 2015.
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Era el paso que faltaba por dar. Ya hace tiempo que la sociedad civil se está abriendo paso. Asociaciones, colectivos, plataformas, mareas… Los ciudadanos ya están más que hartos de una forma de hacer política que ha olvidado que el núcleo de toda política deben ser las personas, que la forma de servir a las personas debe empezar por garantizar sus necesidades básicas, que el bien común es el objetivo de la gestión de lo que es de todos, que este trabajo sólo merece credibilidad si se hace de manera radicalmente transparente y contando con la participación real de la ciudadanía.

La auténtica transformación sólo puede producirse si incluye la ocupación del espacio político.

Más allá de éxitos puntuales alcanzados desde este clamor de la sociedad civil, la auténtica transformación sólo puede producirse si incluye la ocupación del espacio político. Y así debe ser en democracia. Los ciudadanos pueden hacer oír su voz de múltiples formas, y mal gobierno es aquel que dificulta la expresión de esta voz en lugar de potenciarla. Al final, sin embargo, las voces deben convertirse en votos, la indignación en compromiso, los grandes ideales en propuestas concretas y en programas de gobierno. En este marco aparece el Comú de Lleida, gestado a lo largo del último año y que desde diciembre pasado ha saltado a la palestra pública con su web, su actividad en las redes sociales, sus asambleas , su primer acto en la calle en la plaza Paeria…
Hace unos días explicaba el proyecto a un amigo, y mientras le decía que partía de una sensibilidad social que habitualmente se asocia a la izquierda, él me cortó y me dijo: todo lo que me estás contando yo ya no sé si es de derechas o de izquierdas, lo que sí sé es que es de sentido común. Me dio una buena lección. Y es que de eso se trata. De una cosa aparentemente tan sencilla, y por lo que se ve tan difícil de llevar a la práctica, como la recuperación del sentido común o de principios tan básicos como que no hay más origen del poder ni más destino de su ejercicio que la voluntad y las necesidades de las personas.

Sólo juntos podemos dejar de ser presencias testimoniales y convertirnos en gobierno de nuestra ciudad.

En nuestra ciudad, como en la mayoría, por desgracia, hay en estos tiempos muchas personas que ven peligrar su vivienda o que ya la han perdido, y también son muchas las que no tienen garantizado un plato en la mesa cada día. Y resulta que precisamente es este el momento elegido por el alcalde Àngel Ros para recuperar el proyecto de rehacer la Rambla de Ferran y su entorno. El dinero no deben sobrar cuando no se puede rebajar el IBI, cuando se incrementa en más de un 30% el precio de las guarderías o de la escuela municipal de música, o cuando hay que vender a precios de saldo parcelas de Ciutat-Jardí que son del Ayuntamiento, es decir, de todos nosotros. ¿Cuáles son las prioridades? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a tolerar?
Sumar personas es más difícil que sumar números. Entre las personas, asociaciones o partidos que pueden construir esta gran suma hay diferencias. De ideas, de estrategias, y también de carácter personal. Por encima de todo esto, sin embargo, puede prevalecer y debería prevalecer el deseo de trabajar por una Lleida mejor, y el compromiso de hacerlo desde un gran número de convicciones compartidas.

Si acabarán sumando o restando entre sí es lo que está por ver.

Sólo la suma de muchas voluntades, individuales y colectivas, puede hacer real este cambio. Con buen o mal criterio, el sistema electoral impide que los grupos pequeños tengan representación en las instituciones políticas. Sólo juntos podemos dejar de ser presencias testimoniales en las calles o en la Paeria y convertirnos en gobierno de nuestra ciudad.
Son muchos los desencantados de la política que han dejado de ir votar, son muchos también los que siguen luchando, y los que han empezado a luchar, desde colectivos, asociaciones o partidos. Si acabarán sumando o restándose entre sí es lo que está por ver. El plazo para adherirse está abierto, y los primeros 25000 tienen premio.
Joan Manel Bueno
Profesor de filosofía y escritor.
Miembro de la plataforma comúdelleida

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