El agua en Lleida: ¿Un bien común gestionado para el beneficio privado?

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Desde que se privatizó la gestión del agua en Lleida, en 1993, el gobierno del PSC y Aqualia, la compañía del agua, han escrito a cuatro manos un guión de precios caros para la gente, deuda para el Ayuntamiento, beneficio privado e inversión insuficiente, cuyos detalles hemos desgranado en un amplio informe que pueden consultar en nuestra web comudelleida.cat. Una historia donde primero Antoni Siurana y después Ángel Ros han tejido un traje a medida de la concesionaria. Mientras ponían la alfombra roja Aqualia, menospreciaban los derechos de la gente de Lleida con un bien común tan básico como el agua.
Seguramente ya lo sabrá, porque usted también lo sufre: la factura que pagan las familias de Lleida por el agua es ahora tres veces y media más alta que hace 14 años, cuando el sr Ángel Ros fue proclamado alcalde de Lleida. Pero a pesar de este altísimo incremento, la deuda de la Paeria con la concesionaria superaba los 40 millones de euros a 2012, aunque no se han llegado a hacer todas las inversiones previstas en el contrato de gestión del agua. Y decimos a 2012 porque el equipo de gobierno se niega a decirnos cuál es la deuda actual, entre otros bloqueos a la información que la propia Comisión de Garantía del Derecho de Acceso a la Información Pública de la Generalitat (GAIP) ha puesto de relieve.
¿Nos suben el agua un 246% y debemos más de 40 millones a Aquàlia? Es evidente que estamos ante un sistema perverso e inviable, ya que el aumento del recibo no es suficiente para cubrir las inversiones -que se hacen a crédito, sin concurso ni control público ya elevados intereses- por lo que resulta imposible pagar la deuda, que crece año tras año. Hasta el punto de que transcurrido el periodo 1994-2012 la deuda pendiente casi doblaba el coste de las obras realizadas en ese periodo.
Lejos de poner solución, el gobierno de Ros se dobló nuevamente a las exigencias de la concesionaria y acordó 7 años antes del vencimiento del contrato prorrogar la concesión 19 años (!) hasta el 2.037: un paso al frente ya que los importes a devolver, como se ha explicado, son inviables vía aumento del recibo. El pastel del desbarajuste tiene de guinda lo que vivimos hace un año: la concesionaria se negó a hacer más inversiones y obligó al Ayuntamiento a pagar el importe de la compra de agua a la Mancomunidad de Pinyana por un importe de 2.56 millones. Una nueva carga que se suma a la que ya soportan los ciudadanos vía recibido … y vía deuda de la Paeria, mientras Aqualia sigue acumulando beneficios, 71,2 millones de euros sólo el 2016.
Propuestas del Comú para salir del callejón sin salida

  1. Que la gestión administrativa del servicio pase a manos del Ayuntamiento. No podemos completar el estudio de los incumplimientos en el contrato para que se nos niega información como los certificados de obra.
  2. Hacer todas las obras de la red de abastecimiento y saneamiento a través de una licitación pública, con publicidad y libre concurrencia.
  3. El suministro del servicio básico del agua no debe regularse a través de una tarifa, sino de una tasa, que conlleva más derechos, garantías y transparencia, ya que lo gestiona la Paeria.
  4. Para frenar un endeudamiento insostenible, las inversiones necesarias para mantener el servicio se harán por la vía de los presupuestos corrientes.
  5. La gestión de servicios básicos y de los bienes comunes, como el agua debe obedecer a las necesidades de la gente, y eso incluye tener en cuenta las personas y familias en situación más desfavorecida. Vemos un alto grado de cinismo en unos responsables políticos que argumentan la congelación de los precios del agua como muestra de talante social cuando se congelan tras una subida acumulada del 300%.
  6. Mientras no haya remunicipalización, seguimos exigiendo un bono social y que se cumpla la Ley 24/2015.
  7. Y hay que emprender mejoras urgentes como las redes de Sucs y Raimat y la conexión del Alcantarillado de Llívia en la red urbana.
  8. Exigimos que la Paeria trabaje para que no aumente el número de personas excluidas del acceso al suministro de agua, con una gestión del agua que deje de basarse en el máximo beneficio para una empresa y se fundamente en el máximo beneficio para el conjunto de la ciudadanía.

Como nos recuerda Agua es vida, el agua no debe ser un objeto de mercantilización. La gestión directa municipal es el único método que garantiza la gestión pública, pero también se le debe exigir no perder de vista ni el precio ni la gestión democrática del servicio.

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