¿Qué le viene a la cabeza cuando escucha la palabra «Llotja»?

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Le rogamos que responda a la pregunta antes de seguir leyendo. Los pocos que no saben qué es tener problemas a final de mes quizás responderán apelando a algún espectáculo. Al resto es probable que «Llotja» les evoque cosas muy alejadas de su vida, e incluso en algunos casos puede ser que ya hayan abandonado el artículo porque basta de tanta sandez.
Si ya ha respondido a la pregunta del titular, siga.
Seguro que estaremos de acuerdo que la Lleida actual no se puede explicar sin la Llotja. Es más, al Comú pensamos que la Llotja explica con precisión la Lleida que algunos nos han querido imponer. Niña de los ojos de un alcalde que, en plena crisis, acabó construyendo un mausoleo pagado con el rescate bancario, con mucha fachada y poco contenido, dando una patada a la cultura popular y con una gestión digna de figurar en el manual de los peores despropósitos.
Y es este último aspecto el que hoy queremos tratar, el de la «gestión» que ponemos entre comillas porque, visto lo visto, nos parece osado calificar de «gestión» el conjunto de operaciones administrativas que se han perpetrado alrededor de este edificio. Entre otros motivos porque los resultados beneficiosos que haya podido generar, no lo han sido precisamente para el conjunto de la población, sino más bien para algunos -pocos- escogidos. Nos explicamos:
Al 2010 hubo adjudicación de servicios a empresas sin ninguna licitación. Lo acreditan las cuentas de la Fundación de la Llotja de Lleida, que la Paeria nos tuvo que facilitar después de que la GAIP, un organismo de la Generalitat, mediase para obligar al consistorio a respetar el derecho de los regidores a tener acceso a la información pública. Los que en el 2010 tenían que hacer oposición dentro de la Paeria, miraban hacia otro lugar, y los que entramos al 2015 no hemos estado a tiempo y ya han prescrito las posibles responsabilidades penales. Pero no las responsabilidades políticas, que siguen igual de vigentes. La agrupación de electores considera que tiene que hacer públicos estos hechos porque el derecho a la información que tantas veces se ha negado a este grupo municipal tampoco tiene que ser negado a la ciudadanía.

Ros, Larrossa y Peris en el último pleno, en dónde se debatió sobre la Llotja.


Las cuentas, hasta ahora escondidas, evidencian que durante 2010 la Fundación de la Llotja -sin ningún trabajador propio y con un gerente, Jesús Costa, cedido por la Fundación del Paisaje Urbano- contrató a una empresa para realizar las producciones de los espectáculos programados por un importe total de 181.011€ sin que conste ninguna licitación pública. Entre este gasto hay hasta 4 contrataciones superiores a los 18.000 euros adjudicadas sin concurso público, hecho que incumple la Ley de contratos de sector público. Estas contrataciones también contravienen el contrato entre La Llotja y el CNC y el convenio de gestión del espacio firmado entre La Llotja y la Fundación. Esta facturaba unos servicios a través de una empresa que, según la licitación, correspondían a la Llotja.¿Qué legitimidad tiene quién ha permitido exigir 100.000 euros de canon anual a la concesionaria?
Y, por si fuera poco, tal manera de contratar también genera sobrecostes y poca eficiencia en el gasto público. La Fundación, en vez de contratar directamente los proveedores que necesitaban las compañías (personal técnico, azafatos/as…) lo hacía a través de una empresa, una contratación a dedo que -además de incumplir el contrato- encarecía el coste final puesto que había un intermediario.
¿No han tenido bastante? Pues seguimos. Si una «gestión» quiere ser pésima, inexorablemente tiene que prescindir de ningún plan de viabilidad. Y, efectivamente, el Sr. Àngel Ros salió adelante con su mausoleo sin ni siquiera poner en un documento las premisas que lo tenían que hacer, supuestamente, viable.
Por si había el «peligro» que la concesionaria rentabilizara su servicio, el equipo de gobierno impuso unas condiciones draconianes en la licitación. Imposiciones como la de ceder el espacio 45 días al ayuntamiento trajeron inexorablemente, a un desequilibrio económico de la concesión. «Por qué extrangulaban tanto a la concesionaria?» se pueden estar preguntando. Existe el riesgo que alguien suponga que tal contradicción sólo se explica por la voluntad de colocar una determinada concesionaria «amiga de» en la gestión del Palacio de Congresos y permitir una programación teatral «en paralelo».
La empresa concesionaria, cómo habrán seguido, ha ido cambiando de manos y la deuda generada por tal despropósito recae, por ahora, en la Paeria. La película, por reiterada, ya debe de ir sonando: yo, equipo de gobierno, gesto despropósitos de gestión que los contribuyentes ya pagarán. Ha pasado en todas las grandes concesiones de la ciudad: agua, radares, autobusesY la Llotja no podía ser menos.
En medio de la ignominia, puede parecer anecdótico que en las cuentas -bajo la gerencia de Jesús Costa- aparezcan 22.000 euros de dinero público gastados en lotería. O que el presidente del CNC no supiera responder -en Comisión de la Transparencia- qué tareas hacía el único trabajador de esta empresa municipal. O puede parecer  nada que el web del Teatro de la Llotja lo gestione una empresa privada sin contrato. En medio de tantos millones tirados, puede parecer un detalle que Zucar Event SL, mantuviera la gestión de la taquilla una vez finalizado el contrato, en detrimento de La Llotja de Lleida SA.
Al Pleno presentamos una moción. Con el objetivo de acabar con estas irregularidades, la agrupación de electores planteaba al consistorio que se licite con urgencia el sistema de venta de entradas, que tendrá que excluir cualquier empresa que sea parte interesada. También apostamos para regularizar la gestión del dominio web teatredelallotja.cat y del club “Amics de la Llotja” por parte de la Concejalía.
El consejero delegado del CNC, Rafael Peris, incapaz de dar respuestas a la ciudadanía y a los grupos municipales, se ha limitado a elogiar la gestión hecha, ha mentido diciendo que el Comú no quiso ser al consejo de administración del CNC (no nos lo permitieron ustedes, Sr. Peris) y ha amenazado de llevar la agrupación de electores al juzgado, dice que “por difamaciones y calumnias”. Debe de ser que explicar a la gente las cuentas de una sociedad patrimonial participada al 80% por la Paeria es difamar?
De la Llotja los tenemos que explicar muchas cosas más, pero hoy se nos acaba el espacio.
Por cierto, su respuesta a la pregunta del titular, ha variado después de lo que acaba de leer?
Grupo Municipal del Comú de Lleida
 

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