En el Consejo Escolar Municipal se confirmó, en boca del director de los Servicios Territoriales de Enseñanza, que el único proyecto que tiene este gobierno para la educación pública es su ninguneo. Miquel Àngel Cullerès anuncia la fusión de las dos escuelas del Secà de Sant Pere justo antes del periodo de preinscripciones, generando denconcierto y eliminando P3 en la escuela Terres de Ponent, iniciando así el cierre definitivo de este centro, y se niega a construir ningún instituto nuevo en la ciudad. Obvia el boom demográfico que llega a secundaria y la voz vecinal que revindica desde hace largo tiempo institutos en barrios como Cappont y Balàfia.
El Señor Cullerés no mueve un dedo contra la segregación escolar: no hace nada para corregir la distribución desigual del alumnado bajo criterios socioeconòmicos, étnicos… entre los centros educativos de Lleida. De hecho su gobierno con el amparo de la Paeria, es directamente responsable de que Lleida sea de las ciudades con mayor segregación escolar.
Y si la decisión de cerrar escuelas es triste, el proceso es para alucinar. La opacidad y la no participación son también marcas de CDC: no ha habido el necesario debate en una decisión de gran magnitud com es el cierre de una escuela pública. No se informo a los vecinos en el último Consejo Territorial del barrio, ni se dio voz al conjunto de las comunidades educativas del centro que se cerrará ni al de la otra escuela del barrio, Ginesta, que absorverá el alumnado. Lo supieron por los medios y por una cartita en la bolsa del alumnado al dia siguiente de anunciarlo en prensa.
Consell Escolar (foto Hermínia Sirvent, Paeria)
Mientras cierra escuelas públicas, el señor Cullerés es incapaz de proponer una sola medida para luchar contra la segregación escolar que sufrimos en nuestra ciudad, que, como ha denunciado la Sindicatura de Greuges, se estanca en Lleida por la inacción de la Paeria y de la Generalitat. Se cierra ahora un centro después de unos años en que las administraciones han llevado a termino un proceso de segregación activa, llevando a esta escuela con autocar desde otros puntos de la ciudad a personas recién llegadas, haciendo que el ratio de personas migradas supere el 80% y a sabiendas de que esta medida generaba un efecto huida por parte de muchas familias. I no ha parado de culpar a los padres y madres por no apostar por la escuela de barrio.
Las políticas de la administración han sido una apisonadora de la educación pública y han allanado el camino para las escuelas concertadas. Como ejemplo, los dos centros del Opus Dei, Arabell y Terraferma, que segregan por sexos, ven como su concierto crece respecto a años anteriores, ascendiendo a 1.650.217 €. Los recortes no caen a todos por igual, ¿verdad señor Cullerés?
En conjunto la Generalitat subvenciona con 30 millones anuales a las 16 escuelas vinculadas con el Opus. ¡Buen trabajo!
