Desde la EMU recuperamos la función social de la vivienda

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El martes, como presidente de la Empresa Municipal de Urbanismo, hacía público que la EMU pone a disposición de la campaña agraria de este año más de un centenar de plazas en viviendas equipadas para las personas que trabajan en el campo, trabajadores y trabajadoras temporeras que tanto aportan a la economía leridana. Son 18 pisos, uno de los cuales exclusivo para mujeres, repartidos en 6 barrios de la ciudad, y en la iniciativa participa también la Agencia Catalana de la Vivienda, que aporta 4 viviendas. Los destinatarios son personas trabajadoras del campo en situación de precariedad económica y sin solución habitacional, que abonando 4 euros por noche, 120 al mes, tendrán un piso equipado y con todos los consumos incluidos.
El proyecto se presupuesta en 75.360 euros y el ingreso se prevé que no supere los 20.000 euros. No se busca la rentabilidad, sino hacer políticas para contribuir a que quien trabaja en el campo viva con las condiciones que merece. Y es cierto que en algunos casos correspondería a los empresarios facilitar alojamiento, pero mientras la administración competente no pone solución a este incumplimiento por parte de algunos pocos, la Paeria aporta soluciones habitacionales para que nadie duerma en la calle. Aquí conviene agradecer una vez más el enorme papel de entidades como Arrels Sant Ignasi, Cáritas o Cruz Roja, entre otros, para dignificar la acogida. Porque, efectivamente, el municipio no llega a todo y vosotros mostráis el camino para mejorar.
La gestión de este centenar largo de plazas para personas temporeras se integra en el dispositivo de atención social de la campaña de la fruta, que dispone ya de la Oficina Única de Atención en el Centro Cívico de l’Ereta. El día 1 de junio se trasladará al Pabellón 3 de la Fira de Lleida, que volverá a centralizar la atención, también con el recurso residencial para las personas que no tienen donde alojarse, mientras que el Hotel Nastasi acogerá aquellas que tengan que hacer aislamiento por motivos sanitarios. Desde la Oficina Única se derivarán las personas a las viviendas de la EMU.
Por primera vez, pues, el gobierno de la Paeria integra en el dispositivo de atención a las personas temporeras 18 pisos que servirán para dignificar la vida de estos trabajadores y trabajadoras, esenciales para que la Huerta de Lleida siga siendo nuestra despensa.
También por primera vez la Paeria ha firmado esta semana un convenio de cesión de 60 viviendas, un acuerdo rubricado por el presidente de la EMU, Sergi Talamonte, con la Sareb, que permite disponer ya de 33 pisos en diferentes barrios, que se inspeccionarán y se revisarán de manera inmediata para destinarlos a uso social. Se incorporarán al parque de viviendas de la EMU para alquiler social y para el alojamiento de personas en especiales circunstancias de protección.
La defensa de la función social de la vivienda todavía ha generado una tercera noticia esta semana, cuando hemos hecho público que hemos detectado 1.150 pisos vacíos más. Al igual que hicimos con los 388 pisos de grandes tenedores decretados en situación anómala, hemos informado a los propietarios que los pueden alquilar a través de la Red de mediación del alquiler social, con la obtención de ventajas, como son la formalización y el seguimiento del contrato, seguros multirriesgo y defensa jurídica y la bonificación del IBI del 90%, entre otros.
Debemos tomar conciencia de que una vivienda debe cumplir su función social, que no es otra que acoger familias. Poder estar a salvo, poder estar en casa, forma parte de los mínimos que debemos garantizar mutuamente, poniendo todos los recursos municipales posibles para hacer frente a la emergencia habitacional que sufren tantas familias en Lleida. A punto de superar el ecuador del mandato, este Gobierno de Entesa dice con orgullo que avanzamos en políticas que deben permitir algo tan obvio como que todo el mundo tenga un techo digno. Y lo hacemos a pesar de que desde los municipios tenemos una escasa capacidad para hacer frente a la emergencia habitacional, por las limitaciones presupuestarias que padecemos. Por motivos de espacio no nos podremos ocupar de las omisiones de otras administraciones para hacer efectivo el derecho a la vivienda. Estamos aquí para trabajar, no para excusarnos. Tener casa es una necesidad básica, y nunca debería haber convertido en una odisea ni en un lujo para nadie.

Sergi Talamonte, presidente de la EMU y concejal de Vivienda y Transición Ecológica

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