En defensa de la escuela pública

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Desde la firme defensa del sistema educativo público como herramienta para conseguir una sociedad más desarrollada y justa, en el Comú de Lleida queremos mantener abiertos todos los centros educativos públicos y todas las líneas de P3, apostamos por reducir ratios y luchar contra la segregación escolar.

La educación pública es un derecho fundamental de los niños, por lo tanto las administraciones -con Generalitat y Paeria a la cabeza- deben garantizar la igualdad de condiciones de acceso y de calidad para toda la población o lo que viene a ser lo mismo: impulsar el sistema educativo público de Cataluña. Entre las medidas necesarias para hacerlo posible hay que remarcar la necesidad de dotar a la ciudad de los institutos necesarios y reclamados desde hace años y -ahora que parece que tendremos presupuestos a la Generalitat- unos mayores recursos materiales y humanos para los centros públicos. Perseguiremos estos objetivos haciendo todo lo que esté de nuestra mano, igual que hemos contribuido activamente a la decisión de no cerrar la Escuela Cervantes. Es necesario que se lleven a cabo todas las actuaciones necesarias en este y en otros centros de la ciudad de manera dialogada y contando con la comunidad educativa.

La lógica aplicada hasta ahora por el Departamento de cierre de líneas en escuelas públicas perpetúa la necesidad de concertar escuelas privadas con dinero público. El Comú siempre ha defendido que, si se han de cerrar grupos, sea en la concertada, ya que ésta debe ser subsidiaria y complementaria a la red pública, y no al revés. Mientras en la concertada no se eliminan líneas hasta el cierre de matrícula, en el mes de septiembre, en la pública lo hacen antes, incluso, de conocer las preinscripciones. Un mecanismo que favorece la escuela concertada vez que atenta contra la igualdad de oportunidades. No se puede entender que el gobierno saliente de la Generalitat haya permitido mantener la ‘trampa legal’ que hace que no se puedan cerrar líneas en la concertada hasta que se ha hecho la inscripción, ya que este mecanismo deja en desventaja las escuelas públicas. Hay que acabar con un sistema que favorece que los cierres afecten mucho más a la pública que en la concertada. Si quien defiende la cohesión social es la pública, hagamos que -si hay líneas a cerrar- sean las de centros que segregan por sexos. Y situemos a continuación, si hay más líneas a eliminar, las de aquellos centros fuera del núcleo urbano que requieren transporte en autocar, por poco sostenibles pero también porque a menudo, alimentan la segregación: el centro de proximidad es una idea que se debe reforzar y divulgar.

Desgraciadamente el cierre de líneas y la ausencia de diálogo e información con las comunidades educativas afectadas se convierten en habituales para el Departamento de Enseñanza. Razones más allá de no querer dedicar recursos? Un misterio, o una evidencia, porque de razones no hay si no es la intención de favorecer determinados intereses o, lo que es mucho más grave, de crear un modelo social dividido entre élites y subordinados que no es necesario que se formen mucho. La de la natalidad también es una excusa insostenible, porque cuando el tema no es el descenso de la natalidad sino el boom que llegará los próximos años en los institutos, no hay manera de que pongan manos a la obra para construir nuevas instalaciones tan reclamadas como la de un instituto en Cap Pont.

El descenso de la natalidad, tan utilizado a menudo como excusa para cerrar líneas en la pública, es una oportunidad con mayúsculas para superar esta fase donde tantos se han llenado la boca de lucha contra la segregación escolar y tan pocos han actuado políticamente para combatir -la. Empezemos por volver a los ratios de antes de 2012 en los centros públicos y así mejorar el rendimiento escolar y atender mejor las necesidades educativas especiales (NEE). Pero se necesitan decisiones políticas para generar este punto de partida, tomadas desde la incuestionable defensa del sistema público educativo.

El grueso de las decisiones corresponden al Parlamento, pero el municipio también debe ser protagonista destacado en la defensa de la educación pública. Lleida tiene que afrontar la tarea de dignificar, actualizar y cuidar los centros públicos y su entorno dentro de una red urbana amable y cohesionada, y debe tener un papel relevante en la lucha contra la segregación escolar que el municipio sufre, de manera severa , desde hace muchos años. A partir de las conclusiones a las que llegó el Consejo Escolar Municipal, se requiere un diagnóstico de expertos y que las diferentes administraciones vayan de la mano con políticas valientes. La segregación escolar también se combate con políticas proactivas de información a las familias para favorecer la inscripción en la escuela de proximidad, que siempre será más sostenible y cohesionadora. Y con políticas intensas de acompañamiento para alumnado con NEE.

Ciertamente la complejidad de un fenómeno como la segregación escolar es máxima. Empoderémonos desde todos los ámbitos para abordar de manera transversal, con diálogo y haciendo que la baja natalidad y los vaticinios de aumento de presupuestos para la educación pública jueguen a favor de las transformaciones necesarias.

Comú de Lleida

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